Los criterios que se siguen para determinar los niveles de dificultad vienen dictados por nuestra experiencia y personalidad de grupo y no son equivalentes a los de otras organizaciones. Puesto que no hay un criterio estandar aplicable a todas las personas, cada grupo aplica el que considera más adecuado. Por ello, aconsejamos que las personas que vienen con nosotros por primera vez sean cautelosos, lean la información respecto a las características de cada excursión (desniveles y distancia) y elijan las que consideren puedan hacer con el menor riesgo. Ante las posibles dudas, estamos disponibles en nuestros teléfonos para más información.
En definitiva, lo que debe aplicarse es el sentido común.
Tenemos en cuenta los desniveles más significativos, la dificultad técnica y la distancia. Hay factores como la temperatura o el mal tiempo que pueden aumentar la dificultad técnica o el esfuerzo.
En general se tienen en cuenta todas las variables; sin embargo, no siempre son previsibles y tampoco los participantes tienen las mismas condición física, experiencia, adaptación o resistencia. Es importante seguir las indicaciones del guía y sus advertencias respecto a la dificultad que prevea que vaya a tener el recorrido en el momento y circunstancias concretas, de forma que los participantes puedan decidir si iniciar o no el recorrido.
El guía puede considerar que alguno de los participantes no tiene la capacidad para realizar el nivel que éste ha elegido. El guía se reserva el derecho de admisión de los participantes en la actividad en el ejercicio responsable de su profesión siempre basándose en razones objetivas. Se trata de evitar situaciones que hagan peligrar la integridad física del participante y del resto del grupo, o afectar al normal desarrollo de la actividad con consecuencias imprevisibles.